Comunicado de la Red Estatal de las
Marchas de la Dignidad
aprobado el 25 de marzo
Exigimos
al régimen que retire los cargos de todos los acusados y la libertad inmediata
del compañero Miguel. Exigimos la destitución de la delegada del gobierno y del
jefe de policía de Madrid, a los que consideramos responsables directos del
ataque, así como la dimisión de ministro del interior.
El
pasado sábado en las calles de Madrid se congregaron dos millones de
personas, colectivos y pueblos de todo el Estado, en una manifestación que
cualquier persona con un mínimo de humanidad debería secundar. Reclamamos una
vida digna, trabajo, casa, servicios sociales para todos y todas y el
no pago de la deuda.
Con
un amplísimo apoyo popular, las Marchas de la Dignidad avanzaron
durante más de 5 horas desde Atocha hasta Colón, en un ambiente de lucha y
solidaridad entre pueblos, que no se recuerda en décadas. Una acción construida
durante meses, a base de trabajo militante.
Desde
que partieron, las Marchas de la
Dignidad han recorrido todo el estado haciendo asambleas en
cada lugar por el que pasaban, llevando una auténtica democracia a cada pueblo
y recibiendo la solidaridad de las gentes.
Frente
a esta demostración de dignidad y democracia, el sistema no tiene ningún
discurso que enfrentar, y su única respuesta es la represión:
La
represión mediática, con el silencio absoluto desde todos los medios del
régimen, hasta que la realidad se ha impuesto y se han visito obligados recoger
nuestra lucha.
La
represión política, con declaraciones absurdas como las comparaciones
con grupos de extrema derecha, con Ayuntamientos prohibiéndonos pasar o
pecnoctar en sus municipios o autoridades locales increpado a compañeras
y compañeros.
La
represión policial, sufrida durante todo el camino, cuando la guardia
civil desviaba a caminantes por caminos paralelos de tierra y piedras para
dificultar su marcha, o cuando la policía impedía que las asambleas
transcurriesen con normalidad. Los controles injustificados en carreteras
que retuvieron a más de 100 autobuses que originaron retrasos entre una y tres horas. Pero
especialmente cuando, una vez en Madrid, un despliegue policial
desproporcionado, formado por 1.700 agentes de la UIP traídos de varios lugares
del Estado, fue utilizado para amedrentar y reprimir al pueblo.
Antes
de que la manifestación terminase, un ejército policial atacó sin miramientos a
población civil indefensa.
Desde
la propia megafonía del acto que se estaba celebrando en Colón, se pidió a los
agentes que parasen su ataque, pero persistieron en la agresión. Una acción así
no se improvisa, era un plan premeditado para disolver la manifestación y
conseguir abrir los noticiarios televisivos con imágenes de violencia.
Hubo un
ejercito policial que usó porras, escopetas y gases lacrimógenos para
vulnerar el legítimo ejercicio del derecho de reunión. Fue un montaje
policial urdido desde el Gobierno que vulneró derechos fundamentales como el de
reunión y manifestación.
Las
personas detenidas fueron objeto de maltrato. Se les mantuvo ocho horas de pie
contra la pared, con las manos en alto, no se les dióoagua, no se les dió
alimento en 24 horas. A las mujeres ni se les permitió cambiar de tampax. Se
les mantuvo 37 horas en dependencias policiales antes de pasar a disposición
judicial.
Exigimos
al régimen que retire los cargos de todos los acusados y la libertad inmediata
del compañero Miguel. Exigimos además la destitución de la delegada del
gobierno y del jefe de policía de Madrid, a los que consideramos responsables
directos del ataque, así como la dimisión de ministro del interior.
La
dignidad está de parte del pueblo. No terminamos aquí. Seguiremos
organizándonos, luchando y trabajando a partir de la movilización popular ya
construida.
¡No
es tiempo de lamentos, es tiempo de lucha!
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